domingo, 29 de noviembre de 2020

El tiempo

 La lectura del libro "The invention of time and space" de Patrice Dassonville me ha motivado a hacer la siguiente síntesis.

El tiempo no tiene realidad física, es un concepto creado por la mente humana para organizar su experiencia. El surgimiento del concepto “tiempo” puede rastrearse arqueológicamente al registro de los ciclos naturales. Las culturas antiguas, al hacerse conscientes de los ciclos naturales tales como la alternancia del día y la noche, las estaciones, los ciclos lunares, las mareas, etc., fueron elaborando, inconscientemente, el concepto “tiempo”. Sin embargo, la diferencia a notar es que los ciclos naturales son fenómenos observables, mientras que el concepto “tiempo” existe sólo en la mente y la cultura humana.

Las unidades de medida del tiempo tampoco tienen realidad física y son creaciones de la mente humana. Por ejemplo, el “día” es un concepto relacionado con la revolución completa de la Tierra alrededor de su eje (ciclo natural, fenómeno observable). El “segundo” se define actualmente con respecto a la frecuencia de transición del átomo de Cesio, que es otro ciclo natural.

Los aparatos que suponemos que miden el “tiempo” son artefactos que cuentan ciclos de un cierto sistema mecánico (como un péndulo) o electrónico.

En otras palabras, lo que tiene realidad física son los procesos de cambio permanente que suceden en la naturaleza. El “tiempo” es sólo un concepto inventado por el ser humano para organizar la sucesión de esos cambios.

Por ejemplo, no es lo mismo la edad biológica de un organismo que la edad cronológica del mismo. La edad biológica se mide registrando el estado de ciertos biomarcadores, lo cual constituye un fenómeno observable. Estos biomarcadores indican la capacidad funcional de un organismo y van cambiando en el proceso biológico natural del mismo. La edad cronológica simplemente cuenta la cantidad de veces que la Tierra ha dado una vuelta completa alrededor del sol desde el nacimiento de la persona. Una persona con una edad cronológica mayor que otra puede tener una edad biológica menor que esta última. Esto significa que el “tiempo” no es el que genera el envejecimiento, sino que el envejecimiento es el proceso natural inherente al organismo y que el “tiempo” es sólo un medio, aproximado, de parametrizarlo. “El paso del tiempo” no tiene consecuencias observables, son los procesos naturales los que lo tienen.

El “tiempo” es, por tanto, un producto cultural inventado, y no un fenómeno natural descubierto por los seres humanos. De hecho, existen culturas que no poseen concepto de “tiempo”. La tribu amazónica Amondawa no tiene calendario ni una palabra para designar al “tiempo” de manera independiente a los eventos que observan y experimentan. Tampoco tienen palabras que correspondan a nuestras unidades de medida del tiempo, como “día” o “año”. Sin embargo, pueden hablar y referirse a eventos concretos o sucesiones de eventos sin ningún problema. Los miembros de la tribu no se refieren a sus edades cronológicas, sino que adquieren diferentes nombres en diferentes etapas de su vida o a medida que cambia su status dentro de la comunidad (cambios observables del estado de la persona).

Esto indica que debería ser posible formular teorías física o modelos físicos sin hacer referencia al tiempo cronológico. Esto podría lograrse contando ciclos que ocurren dentro del misma sistema cuya dinámica se está estudiando. Es decir, permitiendo que el sistema funcione como su propio “reloj”. En ese caso, se podría describir la dinámica del sistema sin referencia a un tiempo absoluto externo.

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